“Del Parque Nacional Calilegua se comenzó a hablar por el año 1.977; la verdad que muy pocos ledesmenses teníamos conocimiento de lo que significaba. En ese entonces era el Intendente Municipal de Libertador General San Martín Dn Eduardo Nicodemo Romeo, y yo su secretario privado. A su despacho venía seguido el Guardaparque Luis Canteros, un joven amable, trabajador, eficiente y gran amigo. Él nos contaba: lo difícil de traer el agua desde el arroyo al camping por el desnivel; que la gente quería seguir sacando leña, plantas, cazando, pescando; sentíamos (me incluyo) que nos quitaban un lugar. Un lugar del cual nos sentíamos dueños, pero que no cuidábamos pues allí estaban las mejores pavas, innumerables yuscas, las más dulces naranjas, aunque bajar al Negrito y luego subir cargados era un sacrificio”.
“Con el tiempo estamos aprendiendo que el Parque es un pulmón. Acá tenemos la pureza del aire libre. Acá podemos admirar aves, animales, plantas, que ya no se encuentran en otro lado y están latentes en su hábitat”.
“Nosotros, junto con los chicos de las inferiores del Club Sp. Alberdi, ayudamos para retirar escombros y limpiar el que hoy es el Camping del Parque. Ya pasaron 30 años y algunos chicos ya no están en este pueblo, otros hoy son profesionales, y siempre que nos juntamos recordamos nuestra humilde colaboración en los comienzos del Parque Nacional Calilegua”.
“Muchos ledesmenses todavía no lo conocen y muchos todavía no son consientes de su valor y no lo cuidan. Espero que aprendamos a quererlo; no solo nos brindará un mejor futuro ecológico, sino también cultural y económico”. (Carlos Sánchez).
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